Mi visita de la joya medicinal de Islay.

Fue abrirse la puerta y ahí
estaba yo pegado a la puerta, como una maruja en el primer día de rebajas de unos grandes
almacenes. Según confirmo la visita, me dio tiempo a reclamar mi porción de
parcela de Laphroaig, tras hacer el registro correspondiente, me dieron mi correspondiente diploma y una
miniatura de 5cl de esta delicia ahumada, ¡Not a bad start!.

Laphroaig es junto con Kilchoman y Bowmore, las única destilería que maltean (conjunto de procesos que tienen como objetivo la extracción de azúcar de la cebada) y turban su propia cebada. Por caprichos del destino, era la única que estaba malteando durante mi estancia. Nuestra guía comenzó la visita en la sala de malteado, una gran sala totalmente cubierta de cebada que tras un largo y complejo proceso se convertirá en Nectar de dioses. Adjunta a esta sala, se encuentra el Kiln (pequeña sala situada justo encima de un horno de turba, usada para secar la cebada tras el proceso de malteado). Tube la suerte de entrar a esta particular sauna con aromas ahumados y a continuación nos dejaron "contribuir" al proceso de secado, echando turba al fuego...!Momento cumbre!. A diferencia de sus vecinas, en esta pintoresca fábrica de pócimas "mágicas", se usa turba cortada a mano, que según la simpática guía contribuye a crear un sabor de mayor intesidad. La siguiente parada fue la sala de fermentación
compuesta de 6 wash tunes de aluminio donde se produce una cerveza de alta graduación (AKA Wash) que aunque tenía un sabor peculiar presenta las calidades óptimas para convertirse en el Whisky favorito del príncipe Carlos, el cual visito la destilería la semana anterior.
Antes de empezar el festín
whiskero en la sala de maduración, la visita para en la impresionante sala de
alambiques, la cual tiene el mayor número de alambiques que jamás haya visto, 7
para ser exactos. 3 Wash still (en estas se produce la primera destilación) y 7
Spirit Stills (donde se produce la segunda y última destilación).
Finalmente llegó el momento más esperado de la
visita, el almacén de catas. Ante nosotros se encontraban tres single Casks del
poderoso malt. Justo antes de empezar la cata, se abrieron las puertas y ahí estaba
la barrica de conmemoración de la visita del príncipe Carlos, la cual será el ingrediente
base para crear una edicion de coleccionista para recordar tal histórico momento,
la visita del heredero del trono británico por el bicentenario de Laphroaig.
Pasado tal epico momento,
llegaba la hora de abrir las barricas y deleitarse con estas pócimas.
Cask 2533 2007 54.98%

Cask 44 2004 58.3%
El adolescente de 11 a;os, es
tanto en aromas como en aromas una auténtica explosión de turba e Iodo, el
problema es que tras ese estallido inicial los sabores desaparecen. Se puede
decir que un par de añitos más en la barrica podrían haber equilibrado un poco más
el whisky. Eso sí, este whisky fue bastante popular.
Cask 636 1998 54.90%

Que mejor manera de cerrar tan esplendida
visita que llevándote una edicion exclusiva de 10 años Cask Strengh y queso con
sabor a Laphroaig. Tras despedirme de mis compañeros de aventuras, me dirigí
con el cohete libertario a plantar mis dos banderas en mi pedazo de tierra de Laphroaig
para continuación dirigirme a la mítica Bowmore. To be continued………
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