lunes, 16 de marzo de 2015

Tumbando Mitos: Cuanto más viejo mejor es el whisky.

La edad no es siempre sinónimo de calidad.

El tópico  de calidad = edad,  afecta también a otros destilados o fermentados como es el caso del vino. La creencia de que un whisky de 30 0 40 años  es mucho mejor que un whisky de 10 años de edad, goza de una inmensa popularidad.  Este debate ha cobrado mucha más importancia con la aparición de whiskys sin edad como es el caso de la serie 1824 de  Macallan o el recientemente estrenado Glenlivet Founder’s Reserve. Mientras que hace unos años la campaña de Chivas, Look for the number, Know the Age, Know the  Whisky,   hacia énfasis en la edad como baremo de calidad, hoy en día son muchos los Brand embassadors que defienden que la edad no tiene importancia. Según encuestas  de la SWA, un 90% de los consumidores piensa que el whisky es de mayor calidad cuanto mayor sea la edad. Sin embargo, muchos son los autores que piensan que una maduración demasiado prolongada puede enmascarar los sabores originales del whisky.  Entre ellos, destaca Dave Broom, el cual  en su obra Whisky The Manual, explica que la edad no garantiza la calidad. 
Para poner este mito a prueba, os presento a continuación las notas de cata de 4 whiskys diferentes  recopilados en mi cuaderno de catas.

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Aberlour A’Bunah

Aromas: Chocolate blanco, pimienta blanca, caramelo, vino tinto y manzanas.
Sabores: Un inicio dulzon da paso a sabores a chocolate llenos de taninos y notas especiadas. El whisky tiene una textura aceitosa que llena de sabores tu paladar.
Final: Tan largo como  intenso es el whisky.
Aunque no tiene edad hay rumores que apuntan, a que esta maravilla puede ser tan joven como 5 años.  Aunque sea joven, es  un whisky equilibrado y no peca de ser demasiado fogoso o espirituoso. A’Bunah es un gran whisky. Eso sí, aunque sea mayoritariamente joven, dominan los sabores ajerezados como los taninos y las frutas rojas propias del vino tinto.

SpringBank 10 años.
Aromas: Aromas de sal marina, minerales, leche condensada y un toque a caramelo.
Sabores: Empieza dulce a caramelo y a media que lo pasas por tu boca, se va haciendo más turbado y aceitoso. Todo esto bajo un fondo ligeramente picante y  achocolatado.
Final: la turba deja paso lentamente a un final largo aceitoso y con un toque a chocolate.

Hay un perfecto balance entre los sabores propios de las destilación ( Turba y notas marinas) y los caracteres de la maduración ( Caramelo, chocolate y vainilla).

Bowmore 15 años.
Aromas: Turba, chocolate y almendras.
Sabores: De inicio notas a café, bombones, hasta que te llegan sabores ligeros a turba y tierra.
Final: Dulce y ahumado.
Ya sea porque contenga whiskys de más de 15 años o porque se hayan utilizado una combinación de barricas de roble europeo y roble americano, la turba se deja acompañar de las notas de roble. No hay un claro dominador.
Bunnahabbain 25 years old, the Treasurer.
Aromas: Canela, nuez moscada, vainilla tostada, cuero y tímidas notas florales.
Sabores: Natillas, almendras, taninos, madera de sándalo, roble tostado y caramelo de manzana.
Final: largo especiado y almendrado.
Las notas frutales propias de la destilación han evolucionado en notas a caramelo de frutas, sabores que siguen dando vida y se combinan muy bien con los sabores tostados y especiados propios de haber sido destilado en un solo barril.

Glenfiddich 30 años
Aromas: Tímidas notas florales y frutales. Los aromas son bastante difíciles de apreciar. Con un poco de agua llegan notas dulces y amaderados
Sabores: Bastante soso, lo poco que se aprecia son notas dominadas por la madera. Es muy ligero y carece de taninos a caracteres especiados
Final: Largo pero muy muy suave.
Recuerdo que este whisky, fue catatado a ciegas durante mi etapa como vendedor en la Scotch Whisky Experience.   La mayoría de los asistentes (antiguos trabajadores de Glenfiddich incluidos) no pudimos salir de nuestro asombro, como era posible que tal whisky tan mediocre pudiese pertenecer a una gran destilería como Glenfiddich. Tal carácter insípido y soso, puede ser debido a que tras 30 años en el barril, la barrica no solo ha dejado de aportar vida en forma de carácter especiado y taninos, sino que también  ha matado todo los sabores de la destilación.

Con  este artículo no quiero desprestigiar a los whiskys longevos, sino que quiero animar a los amantes del whisky a no juzgar los whiskys por su edad, sino  que hacerlo siguiendo nuestros sentidos.  A l igual q hay whiskys desequilibrados con 5 años y auténticas maravillas de 30 años, un whisky joven puede llenarnos de sabores vibrantes el paladar, mientras que un whisky mas añejado, puede ser un monstruo desequilibrado del roble. Asi que ya sabes, Look for new sensations, Know what you like and Know your whisky.

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